Cuando nos embarcamos en un proyecto, a menudo nos encontramos con imágenes y sensaciones que evocan recuerdos y experiencias pasadas. Al reflexionar sobre cómo iluminar un corazón que se proyecte en una pared, llega a Denise la impactante obra del artista francés Christian Boltanski, quien falleció en 2021. Sus instalaciones eran testimonios etéreos, donde la muerte y la luz entrelazan conversaciones continuas. La luz no era solo un mero accesorio en su trabajo; era un medio que buscaba destacar lo efímero y lo eterno.
La instalación de Boltanski en la Casa de la Moneda del Banco de la República en Bogotá dejó una marca indeleble en Denise. Aquellos ángeles fantasmagóricos, sostenidos en la pared, iluminados por pequeñas velas que proyectaban sus siluetas escurridizas, siguen bailando en su memoria incluso 25 años después. Es esa electricidad de la experiencia, ese asombro ante la inmortalidad de una obra, lo que desencadenó la inspiración para un nuevo proyecto.
Mientras la conversación sobre corazones fluía y evolucionaba, ese recuerdo de Boltanski volvía a su mente. Ahora, en lugar de ángeles, eran corazones lo que se veía proyectados en la pared. Con la ayuda de Pedro Rojas, surgió una propuesta intrigante: ¿Cómo se podría diseñar un corazón que, iluminado por una vela, reflejara su sombra en la pared?
Así nació el corazón candelabro. Este elemento consistía en la figura del corazón en acero en plano y en su parte inferior terminaba en un círculo redondo pequeño, como un anillo, por este orificio se insertaba un bastón que tenía de un lado un candelabro con una vela y al final terminaba en un tornillo. El bastón, sostenía el corazón y el candelabro. Meses de conversaciones y prototipos se vertieron en este proyecto, desafiando los límites de la creatividad. El resultado: un corazón cuya sombra, animada por el parpadeo de la vela, pulsa y vibra en la pared como si tuviera vida propia.
Este corazón, más que una simple pieza de arte, se convierte en una conexión con la energía intrínseca que llevamos dentro. Remite a esa fuerza vital que emana de nuestra cavidad pulsante, inspirando creatividad y vitalidad.
Aunque el diseño aún evoluciona y sigue siendo perfeccionado, ya es una pieza central en el taller de Cosecha de Corazones. No es solo un objeto decorativo, sino un recordatorio constante de la energía que fluye a través de todos los seres vivos, y de cómo el arte tiene el poder de capturar y reflejar esa energía de formas inesperadas e increíbles.
Texto Luisa Castellanos
ILLUMINATE OUR HEART
When we embark on a project, we often encounter images and sensations that evoke memories and past experiences. Reflecting on how to illuminate a heart projected onto a wall, Denise recalls the striking work of the French artist Christian Boltanski, who passed away in 2021. His installations were ethereal testimonies, where death and light intertwined in continuous conversation. Light wasn't merely an accessory in his work; it was a medium that sought to highlight the ephemeral and the eternal.
Boltanski's installation at the Casa de la Moneda of the Banco de la República in Bogotá left an indelible mark on Denise. Those ghostly angels, held on the wall, illuminated by tiny candles casting their elusive silhouettes, still dance in her memory even 25 years later. It is that electricity of experience, that awe at the immortality of a piece, that triggered the inspiration for a new project.
As the conversation about hearts flowed and evolved, that memory of Boltanski kept coming back to her. Now, instead of angels, it was hearts that were seen projected onto the wall. With the help of Pedro Rojas, an intriguing proposal emerged: How could one design a heart that, illuminated by a candle, would reflect its shadow on the wall?
Thus, the candelabrum heart was born. This piece consisted of a flat steel heart shape, and at its bottom, it ended in a small round circle, like a ring. Through this hole, a rod was inserted, which on one side had a candelabrum with a candle, and at the other end ended in a screw. The rod held both the heart and the candelabrum. Months of discussions and prototypes poured into this project, pushing the boundaries of creativity. The result: a heart whose shadow, animated by the flicker of the candle, pulses, and vibrates on the wall as if it had a life of its own.
This heart, more than a mere piece of art, becomes a connection with the intrinsic energy we carry within. It refers to that vital force that emanates from our pulsating cavity, inspiring creativity, and vitality.
Although the design still evolves and continues to be refined, it is already a centerpiece in the Cosecha de Corazones workshop. It's not just a decorative item but a constant reminder of the energy that flows through all living beings, and how art has the power to capture and reflect that energy in unexpected and incredible ways.
Text by Luisa Castellanos