Los viajes de Cosecha de Corazones, impregnados de afecto y entrelazados con múltiples destinos, generan una conversación interna embriagadora e inesperada. Desde el momento en que la energía del corazón floreció, comenzó un diálogo con los corazones. Con el surgimiento de los corazones, se desencadenó una danza de energía entre ellos y Denise.
Llevar un corazón en el bolsillo durante cualquier trayecto - ya sea una caminata, un viaje a un lugar, un restaurante, un museo, una galería, una feria, una ciudad, un bosque, un árbol, una celebración, con personas o con amores - magnifica la intensidad de la experiencia. Los corazones acompañan silenciosamente, fortaleciendo todas las vivencias de quienes escogen vivir con ellos. Caminar con el corazón crea un espacio eterno y dota de sentido cada paso y cada elemento que emerge en la vida de aquellos que se conectan con Cosecha de Corazones. El corazón está ahí para ser capturado en fotografías de la manera más sencilla y maravillosa, creando una realidad mágica.
En 2018, los corazones se convirtieron en compañeros de viaje y volaron en la primera de muchas aventuras. Estos corazones eran pequeños, cómodos de llevar en la mano.
Este viaje, que tuvo lugar a finales de enero de 2018, tenía un propósito muy claro: visitar el Monte Shasta en el día del cumpleaños de Denise. Shasta es un volcán inactivo ubicado en el norte de California, Estados Unidos, considerado un lugar sagrado repleto de mitos e historias. Con su altura de más de 4.000 metros, es visible desde más de 200 kilómetros de distancia.
¿Cómo llegó Cosecha de Corazones al Monte Shasta? A través de una gran amiga de Denise quien le presentó a un astrólogo bogotano. Este habla de un concepto llamado relocalización astral; en términos sencillos significa que mediante una lectura astral, podemos encontrar un lugar en la tierra donde es posible reestructurar y esclarecer asuntos de la vida. Es decir, viajamos a un país, una ciudad o un espacio, en donde vamos a trabajar algo pendiente o vamos a descubrir qué podemos crear y cambiar una situación de nuestra vida al movilizarnos a este lugar. Esto con el propósito de continuar edificando nuestra vida con la certeza de que estamos en el mejor sitio para empezar un nuevo año de vida.
En enero de 2018 Denise y Luis Felipe, acompañados de algunos corazones de Cosecha de Corazones, llegaron al Monte Shasta, un lugar mítico para muchos caminantes y buscadores de leyendas.
El día de su cumpleaños, con la luna en su cúspide, el clima frío y despejado y un cielo invernal azulado, salieron muy temprano hacia el pico de la montaña en carro para llegar hasta donde la nieve y la carretera lo permitiera. Alcanzaron los 2.800 metros de altura, luego todo fue surreal. Desde ese lugar, al mirar hacia arriba, podían ver la cumbre del Monte Shasta entre árboles, y del otro lado una majestuosa cadena de montañas. Era como algo que les tocaba el cuerpo y los llenaba de vida.
Un corazón rosado con dibujos impresos los acompañaba y creaba un baile entre el paisaje que los rodeaba y la montaña. Al final del camino, Denise colgó el corazón en un árbol para fotografiarlo, pero este cayó hacia abajo entre los árboles. Al principio, el corazón parecía estar lo suficientemente cerca para poder recuperarlo, pero tras varios intentos e incluso considerar parar a otros carros para pedir ayuda, fue imposible rescatarlo.
Fue en ese momento cuando todo se detuvo y fue claro que esta gran montaña estaba pidiendo una ofrenda. Parecía que no entendía la magnitud de este corazón decidiendo quedarse en la montaña. Era como si la montaña lo estuviera devorando con gusto, el espíritu de este maravilloso lugar se manifestaba.
Cuando volvieron al carro, Denise lloró y se despidió, sabiendo que algo había cambiado y que todo estaba conectado con una vastedad que no podía comprender del todo en ese instante. Lo que siguió fue como un baile entre la montaña y todo lo que vivieron ese día. Árboles, nieve, agua y una familia completa de venados.
Al contar esta experiencia, Denise explica que su “amor por esta historia cobra mayor significado cuando comprendo que nada de lo que estamos creando tiene sentido, sólo cuando nos apartamos y lo vemos con la grandeza de lo que es.”
Para mí, Luisa, esta historia es una metáfora que me recuerda algo que los corazones me han enseñado desde el primer día que entré al taller de Cosecha de Corazones. Soltar, dejar ir y confiar son las acciones más importantes que uno tiene que aprender en la vida, y los corazones, que aparecen en el momento oportuno, siempre están ahí para recordarlo. Los corazones me han acompañado desde 2017, un momento en el que mi vida se transformó. Desde entonces, he recolectado corazones, algunos se han ido quedando en lugares donde eran más necesitados y otros siguen todavía conmigo.
Recientemente, hice un enorme cambio en mi vida y me mudé de ciudad, empezando de nuevo en un espacio nuevo, cumpliendo el sueño de mi vida. Durante el proceso de empacar encontré uno de los primeros corazones que me llevé del taller cuando comencé a trabajar en Cosecha de Corazones y a este le siguieron muchos otros que tenía guardados en diferentes lugares. Fue como un regalo de la vida, que me recordaba que en un momento lleno de emociones y hasta confusiones, soltar, dejar ir y confiar me habían llevado al mejor lugar en el que podía estar, y ahora me dirijo a otra nueva aventura.
Los corazones, que siempre aparecen en el momento justo, me acompañan hoy en este nuevo espacio, y al igual que en el Monte Shasta, se conectan y catalizan una nueva energía de posibilidad infinita.
Texto Denise Buraye y Luisa Castellanos
WITH THE HEART IN HAND
The voyages of Cosecha de Corazones, imbued with affection and interwoven across various destinations, ignite an intoxicating and unexpected internal conversation. From the moment the energy of the heart bloomed, a dialogue began between Denise and the hearts. The dance with the hearts was initiated with the awakening of the heart's power within her being.
Carrying a heart in your pocket during any journey - whether it's a walk, a trip to a certain place, a restaurant, a museum, a gallery, a fair, a city, a forest, a tree, a celebration, in the company of loved ones, enriches the depth of the experience. These hearts provide silent companionship, augmenting the experiences of those who choose to live among them. Walking with a heart generates an eternal space and gives meaning to every step and every element that is present in the lives of those who connect with Cosecha de Corazones. The heart is there to be captured in photographs in the simplest and most wonderful way, creating a magical reality.
In 2018, for the first time, hearts became travel companions and flew on the first of many journeys. These hearts were small, comfortable to carry in the hand.
This trip, which took place in late January 2018, had a very clear purpose: to visit Mount Shasta on Denise's birthday. Shasta is a dormant volcano located in Northern California, United States, considered a sacred place filled with myths and stories. With its height of over 4,000 meters, it is visible from over 200 kilometers away.
How did Cosecha de Corazones arrive at Mount Shasta? Through a close friend of Denise who introduced her to a Bogotá-based astrologer. This astrologer speaks of a concept called astral relocation, which in simple terms means that through an astral reading, we can find a place on Earth where it's possible to restructure and clarify aspects of our lives. In other words, we travel to a country, a city, or a space where we will work on unresolved issues or discover what we can create and change in a situation of our lives all by temporarily moving our energy to this place. This is done with the purpose of continuing to build our lives with the certainty that we are in the best place to start a new year of life.
In January 2018 Denise and Luis Felipe, accompanied by some hearts from Cosecha de Corazones, arrived at Mount Shasta, a mythical place for many wanderers and seekers of legends.
On her birthday, with the moon at its peak, the cold and clear weather and a cerulean winter sky, they set off early towards the mountain's peak by car, aspiring to reach as far as the snow and the road would allow them. They reached a height of 2,800 meters, then everything was surreal. In this space, looking up, they could see the peak of the mountain and trees, and on the other side a splendid chain of mountains. It was as though the spectacle touched their beings and invigorated them.
A pink heart adorned with printed drawings accompanied them and created a dance between the landscape that surrounded them and the mountain. At the end of the road, Denise hung the heart on a tree to photograph it, but it fell down among the trees. At first, the heart seemed close enough to be able to recover it, but despite numerous attempts and even considering stopping other cars to ask for help, it was impossible to rescue it.
It was at that moment that everything stopped and it was clear that this great mountain was asking for an offering. It seemed that she didn't understand the magnitude of this heart deciding to stay on the mountain. It was as if the mountain was devouring it with pleasure, the spirit of this extraordinary place unveiling itself.
Upon returning to the car, Denise wept and bid farewell, acknowledging that something had changed and that everything was connected with a vastness that she could not fully understand at that time. What followed was like a dance between the mountain and everything they experienced throughout that day. Trees, snow, water and a complete family of deer.
When recounting this experience, Denise explains that her "love for this story takes on greater meaning when I understand that nothing we are creating makes sense until we step back and see it with the greatness of what it is.”
For me, Luisa, this story is a metaphor that reminds me of something that hearts have taught me since the first day I entered the Cosecha de Corazones studio. Release, surrender, and trust are the most important actions we need to learn in life, and the hearts, which appear at the precise moment, are always there to remind us. Hearts have accompanied me since 2017, a moment when my life transformed. Since then, I have collected hearts, some have stayed in places where they were needed more and others are still with me.
Recently, I made a significant transition in my life and moved cities, starting over in a new space, fulfilling the dream of my life. During the packing process, I found one of the first hearts I took from the workshop when I started working with Cosecha de Corazones and many others that I had stored in different places. It was like a gift from life, reminding me that in a moment full of emotions and even confusion, letting go, surrendering, and trusting had led me to the best place I could be, and now I am embarking on another adventure.
The hearts, which are always there at the right moment, accompany me today in this new space, and as in Mount Shasta, they foster and catalyze a new energy of infinite possibility.
Text by Denise Buraye and Luisa Castellanos