La pintura es un medio que tiene la capacidad de comunicar llevándonos a una sabiduría y percepción individual, entrándonos a mundos desconocidos.
En palabras de Denise, “al pintar los corazones de metal, no solo estoy hablando con ellos, sino que también estoy dándole vida a seres únicos con una historia y un camino propio.” Cada corazón producido en el taller tiene un significado y una dirección que lo hace único e irrepetible, no solo por su diseño hecho a mano, sino también porque cada uno se va moldeando para ocupar un espacio específico, que el corazón mismo va reconociendo durante estas conversaciones. El proceso de crear un corazón de metal es como tocar una partitura musical donde cada pieza encaja perfectamente con las demás.
Los corazones metálicos nacieron de una pregunta, ¿dónde está el corazón de la casa? ¿Dónde está ubicado el corazón en nuestras casas? Respondiendo de manera literal, algunos dicen que es en donde las mascotas duermen, porque, los perros, por ejemplo, buscan estar en el centro de un hogar para poder estar atentos a todos los habitantes de la casa. Pensado la misma pregunta de forma más metafórica, el corazón de la casa es donde todo se conecta, es el centro que fortalece el espacio, unifica toda su energía y hace que todo esté bien.
Las dos respuestas a esta pregunta son la fuerza desde la cual nació el primer corazón de metal, una obra de arte de más de un metro de altura, que viviría en el centro de una casa. Un corazón rojo brillante, que acompaña a todos los habitantes de esa familia y cuyas líneas, pintadas a mano una por una, le dan energía al espacio.
Pintar los corazones se ha convertido en un viaje de exploración, donde la creatividad y las infinitas posibilidades son el motor que lo impulsa. Cada corazón pintado es como una ciudad imaginaria, un mundo particular que se gesta para cada hogar o espacio que va a cuidar. Hoy en día, existen corazones rojos, negros, dorados, beiges, azules, plata y muchos más, que se han convertido en potencializadores de los lugares en el que están. La presencia de un corazón de metal en una casa, una oficina, un consultorio o cualquier espacio promueve la conexión y la fuerza del lugar en el que se encuentra.
Pintar corazones de metal es mucho más que una forma de arte es una forma de comunicar, de conectar y de crear un mundo con diversas posibilidades. La forma de los corazones de metal crea una potencia simbólica que une lo alegórico con lo estético. Cada corazón es una obra de arte “particular” y una representación del potencial que tienen las ideas y el escuchar con atención que necesita y que nos está diciendo el mundo a nuestro alrededor.
En colaboración con Luisa Castellanos
¿WHERE IS THE HEART OF THE HOUSE?
Painting is a medium that has the ability to communicate, leading us to individual wisdom and perception, giving us access into unknown worlds.
In the words of Denise, "when I paint the metal hearts, I am not only speaking to them, but I am also giving life to unique beings with their own history and path." Each heart produced in the studio has a meaning and direction that makes it unique and unrepeatable, not only because of its handmade design, but also because each one is molded to occupy a specific space, which the heart itself recognizes during these conversations. The process of creating a metal heart is like playing a musical score where each piece fits perfectly with the others.
Metal hearts were born from a question, ¿where is the heart of the house? Where is the heart located in our homes? Responding literally, some say it's where pets sleep. Dogs, for example, seek to be in the center of a home to be attentive to all the inhabitants of the house. Thinking about the same question in a more metaphorical way, the heart of the house is where everything connects, it's the center that strengthens the space, unifies all its energy, and makes everything right.
The two answers to this question are the force from which the first metal heart was born; a work of art over one meter high, that would live in the center of a home. A bright red heart that accompanies all the members of that family, and whose lines, hand-painted one by one, give energy to the space.
Painting hearts has become a journey of exploration, where creativity and infinite possibilities are the driving force behind it. Each painted heart is like an imaginary city, a particular world that is gestated for each home or space it will care for. Nowadays, there are red, black, gold, beige, blue, silver, and many more hearts that have become enhancers of the places they are in. The presence of a metal heart in a home, office, clinic, or any space promotes connection and the strength of the place where it's located.
Painting metal hearts is much more than a form of art, it's a way of communicating, connecting, and creating a world with diverse possibilities. The shape of the metal hearts creates a symbolic power that unites the allegorical with the aesthetic. Each heart is a “particular” work of art and a representation of the potential that ideas have and a reminder to listen carefully to what the world around us needs and is telling us.
In collaboration with Luisa Castellanos